miércoles, 24 de agosto de 2011

Congresista reconoce que EE.UU. está en Libia por petróleo




TELESUR- El Congresista demócrata, Ed Markey, reconoció el pasado 21 de agosto que Estados Unidos (EE.UU.) está “en Libia por el petróleo”. Sus comentarios se produjeron al final de un encuentro que se había centrado en la crisis nuclear de Japón y el futuro de la energía de este tipo en el país norteamericano.

Durante la entrevista realizada por Andrea Mitchell, a través de la cadena internacional MSNBC, el Senador aseguró que la situación actual “pone una vez más en manifiesto la necesidad de los Estados Unidos de tener un programa de energía renovable en el futuro”.

A medida que la entrevista llegaba a su fin, Mitchell pidió al Congresista "alguna opinión sobre la operación militar en Libia", a lo que Markey respondió: "Bueno, estamos en Libia por el petróleo."

“Bueno, nosotros estamos en Libia por el petróleo. Igual que Japón lo está por la tecnología nuclear.Y esta dependencia que tenemos por el petróleo, es una necesidad que tiene Estados Unidos de tener un programa de energía renovable en el futuro”.

Estados Unidos ha liderado la invasión a Libia a través de la Organización del Atlántico Norte (OTAN), alianza que desde el mes de marzo ha emprendido intensos bombardeos sobre el país de África del Norte.

En los últimos días, los ataques de la OTAN y los enfrentamientos entre los insurgentes y las fuerzas leales al líder libio, Muammar Al Gadaffi, han dejado más de mil 300 muertos y cinco mil heridos, según cifras emitidas recientemente por el Ministerio de Salud.

Aunque el Consejo Nacional de Trancisión (CNT) anunció el inicio de la tranformación de la “nueva Llibia”, reconoció que el sur del país se encuentra bajo el poder del Gobierno y la ciudad de Trípoli no es controlada en su totalidad.

martes, 16 de agosto de 2011

Un banquete de tiranos

Visita del presidente Santos a Chile. 16 de agosto 2011

Grandes ilusionistas
con hazañas de alarde,
dicen que son altruistas
los cobardes.
Mientras el poderoso
más ordena y más traga
y el pequeño ripioso
siempre paga.
SRD

martes, 9 de agosto de 2011

El senador del motel y la doble moral


Por: María Elvira Bonilla

El Espectador. 7 Agosto 2011


La cruzada del senador José Darío Salazar contra el aborto dio sus primeros frutos: cinco millones de firmas para intentar reversar el derecho de las mujeres colombianas a decidir sobre su propio cuerpo. Amparadas en el fallo de la Corte Constitucional pueden hacerlo en tres situaciones muy concretas: cuando el embarazo sea producto de una violación, exista malformación del feto o la madre corra peligro de muerte.
Para Salazar, ninguno de estos dramáticos escenarios es válido. Es más, habla del abuso de la práctica bajo el amparo de la actual legislación. Olvida que ninguna mujer busca el aborto activamente y que abortar, como lo testifican miles de ellas, puede ser una de las experiencias más devastadoras en la vida de la mujer que se vea obligada a hacerlo, cualquiera que sea la causa.

Acudió a la religión, mejor decir a la moral, y a la ignorancia con que equivocadamente se intenta criminalizar el “yo decido”, para movilizar las bases y la cúpula del Partido Conservador. El fanatismo llevó al senador Salazar a defender, en una entrevista radial, hasta los embarazos producto de las violaciones y se atrevió a decir que como se trataba de un hijo no deseado que entendía que le sería difícil aceptarlo a la mujer violentada, recomendaba tenerlo y entregarlo en adopción. Al fin y al cabo eran muchas las parejas en el mundo que buscaban niños rechazados por sus madres para adoptarlos. La periodista española de La W no daba crédito a las palabras de Salazar. Yo tampoco.

Resulta que este mismo congresista, adalid de la moral pública, que pontifica y legisla en nombre de las mujeres, está investigado por la Corte Suprema de justicia por haberse hecho a un motel en Cali, en condición de depositario de la Dirección Nacional de Estupefacientes. Lo obtuvo por medio de la resolución 1037 del 10 de agosto de 2009, cuando su copartidario Carlos Albornoz era director de la DNE. Se trata de las Residencias Las Pirámides, un motel que le perteneció al narcotraficante Hélmer ‘Pacho’ Herrera, que pasó a manos de la DNE y luego, según los indicios de la Corte, por intermediación de Salazar a las de su primo Javier Salazar Paz. Falta ver cuál pudo ser la retribución que obtuvo el senador por la gestión del motel, un negocio que se lucra del sexo como goce, donde se debe haber concebido más de un niño no deseado, cuyo destino lo tiene trazado el ilustre presidente del Partido Conservador colombiano. ¿Qué pensarán del negocio sus aliadas antiaborto, las distintas iglesias?

Pero Salazar no se queda allí. Se opone también vehementemente al matrimonio entre parejas gays y a la adopción por ellas de niños. Está decidido a impedir que los avances constitucionales asociados al libre desarrollo de la personalidad hagan carrera en el país. Son voces que llegan de las cavernas y que tristemente tienen eco en medio de la ignorancia y el sectarismo que nos carcome. Razón tiene el senador, también conservador, Juan Mario Laserna, cuando dice que la ley no puede invadir ni sustituir la conciencia individual de la mujer. Somos nosotras las únicas que debemos decidir, así le moleste al ilustre padre de la patria.

lunes, 1 de agosto de 2011

Carta abierta al gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos Botero

Medellín, julio 29 de 2011

Carta abierta al gobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos Botero (escrita al calor de la indignación que genera otro atropello contra quienes habitamos la Universidad de Antioquia)


Para evitar posibles señalamientos -esos en los que usted es experto-, empiezo afirmando mis reservas con las vías de hecho como forma de protesta, que son en algunos casos usadas por estudiantes y otros más, que ante la ausencia de posibilidades cívicas de manifestación prefieren prescindir de la comodidad que genera la certeza de tener que obedecer.


Para argumentar mis reservas no caeré en la trampa de hablar de absurdos que solo existen en la imaginación de quienes desde la comodidad de sus escritorios y sin sonrojo, afirman –haciéndose pasar por observadores imparciales- que en Colombia hay una democracia plena. No, diré tan solo que en mi opinión, estas formas de protesta o mejor, el tratamiento mediático manipulador que de ellas se hace, ha permitido justificar los atropellos cometidos contra la población por esa misma clase que prefiere mantener un conflicto armado, antes que soltar un tanto de las comodidades que han logrado a costa del dolor de millones de colombianos.


Por otra parte, no soy dado a ver como enemigo a un simple uniformado que delegó en sus superiores el derecho de pensar. Y hasta aquí mi aclaración.


Señor Ramos, entiendo la tentación que en usted debe generar la idea de recurrir a la opción de solucionar cualquier reclamo o conflicto con una avanzada policial -al parecer para estos casos, a la élite que usted representa nada más que esto le interesa-, máxime en un país que más de una vez ha aplaudido las balas disparadas contra quienes actúan en consecuencia a la creencia de que en Colombia  todo está por cambiar.


Sé de los réditos que ha traído para más de un ingeniero del odio aquella consigna de la mano firme para unos y el corazón grande para otros. Mas no logro captar qué sentido tiene recurrir a esas medidas que antes que solucionar lo que se quiere, tan solo logran ser combustible para agravar cualquier conflicto. Para el caso solo responda señor ¿qué solucionó la Operación Orión? ¿Acaso no es la situación de violencia que se vive en Medellín, la muestra de que con pie de fuerza (militar, policial y paramilitar) cuando mucho se logran aparentes y cortos momentos de calma seguidos por momentos aún más graves de confrontación? En suma ¿por qué recurrir en la Universidad de Antioquia a lo que en la ciudad y el país ya fracasó?


Como habitante asiduo de ciudad universitaria, le puedo asegurar que nunca antes la comunidad que allí habita se siente tan insegura como hoy –obvio no niego que habrá quien aplauda el coraje de sus queridos hombrecillos de negro-, no sé si es útil informárselo, ya que siempre he sospechado que estas medidas que usted, como  cabeza del Consejo Superior Universitario viene tomando, antes que buscar la seguridad de mis compañeros buscan lo contrario: llenar de zozobra la vida universitaria, para evitar el dolor de cabeza que en los representantes del pensamiento único generan quienes renuncian a ser los tan admirados ciudadanos de bien -aquellos que ya se aprendieron lo que reza la cartilla individualista:  “a la universidad vinimos a estudiar”-.


Creo que usted más que nadie es consciente de cómo se ha aprovechado de su posición de poder para desinformar y manipular a la opinión de tal manera que ha logrado contribuir a afianzar la idea según la cual, los estudiantes universitarios -especialmente los de la de Antioquia- recurren a las vías de hecho por un afán de generar caos sin motivo. Lo que no atino a concluir es si es usted consiente de cuántos muertos ha puesto la comunidad universitaria gracias a la estigmatización que hemos sufrido históricamente, o si en cambio es tan conocedor de esto, que lo hace con el fin de facilitar el trabajo de quienes han segado la vida de tantos y tan valiosos compañeros. 


Sé que para la ciudadanía desinformada y para aquellos que desean un vigilante en cada esquina, usted viene siendo el valiente que quiere salvarnos  a los universitarios de nosotros  mismos, sin embargo le quiero informar que la cantidad de abusos que se han presentado en cada ingreso de la policía a la UdeA, tan solo han logrado atizar los odios contra esa institución que tantas veces actuó -y actúa- en connivencia con quienes nos han matado tantos ¿a alguien más se le ocurrirá poner al ratón  a cuidar el queso?


Ante todo esto le solicito, antes de que algo más grave ocurra, antes de que los daños  contra la comunidad universitaria sean peores, antes de que una muerte lo haga consiente de qué es lo que usted ha aprobado en connivencia con esa  burocracia  de la Universidad que habla de “convivencia y de respeto por la integridad física y moral de los ciudadanos” pero mira hacia otro lado con cada abuso policial. Detenga todas las medidas que desde ya casi un año ha impuesto en la Universidad de Antioquia generadoras de la peor crisis en materia de derechos humanos que allí hemos vivido en mucho tiempo.


Está en sus manos.
Deténgalas ya!!!!!!!!!!!


Daniel Grisales