martes, 16 de noviembre de 2010

Carta de don Álvaro, el papá de los tres niños masacrados por el ejército colombiano en Arauca

En nombre de la familia que me quedo después de la horrible masacre que me arrebato a mis tres hijitos y en el mío propio, saludo que las investigaciones estén avanzando y se lleven hasta las últimas consecuencias hasta que se sepa toda la verdad, aclarando que este documento lo redacte con mi puño y letra y le pedí el favor a un amigo que lo transcribiera en computador para hacerlo llegar a los medios de comunicación hablados y escritos y a las instituciones públicas.

Pido a la Fiscalía General de la Nación, al Presidente Juan Manuel Santos y a las Fuerzas Militares esclarecer totalmente los hechos y hallar a todos los responsables del crimen de mis hijitos y castigarlos con todo el peso de la ley. Al gobierno nacional y departamental que protejan nuestra integridad, la de los testigos y la de las comunidades y personas que con valor denunciamos estos horrorosos hechos, nuestra exigencia es que esto no se quede en la impunidad y que nunca vuelva a suceder un hecho de estos.

A la Procuraduría General de la Nación que adelante con más celeridad las investigaciones de carácter disciplinarias, cayendo en cuenta que los autores son integrantes de las fuerzas militares. Respecto al perdón quiero manifestar en nombre de mi familia y en el mío propio, que hasta que no se sepa toda la verdad y se haga real y efectiva justicia, se esclarezcan bien los hechos de lo sucedido, quienes fueron los autores materiales e intelectuales del horrendo crimen que me arrebato a mis tres hijitos, no perdonaremos.

A las fuerzas militares les digo que no habrá perdón ni olvido, que lo que exigimos es justicia, porque la masacre de mis tres hijos no la realizo un solo militar, ese crimen lo cometieron varios militares. Por qué dicen que hay 7 morrales cundidos de sangre, salivas y semen, el delincuente Raúl Muñoz dice que él hizo uso de las dos niñas de la de 13 años y de la hijita mía, pero por que ellas aceptaron, yo les pregunto a los señores de la fiscalía y a los militares, si sería que ella entonces estaría de acuerdo que la asesinaran a ella y a sus dos hermanitos, que eran mis queridos hijitos?.

Es falso lo que dice un general del ejército en un periódico, que organizaciones extrañas me tienen controlado y manipulado para que denuncie y enlode el nombre del ejército, será que con ese asesinato por varios militares ellos mismos no se enlodaron el nombre?. Por ultimo con el inmenso dolor en el alma y una cicatriz que nunca se me borrara le doy las gracias a las personas, a la comunidad de la vereda caño temblador donde vivía, a las veredas cercanas, a los derechos humanos, a los medios de comunicación y personalidades, que sean solidarizado con migo y mi familia y por ayudarme a denunciar la tragedia que me paso y que sigo viviendo.

Gracias.

JOSÉ ÁLVARO TORRES
Padre de los tres niños masacrados

Tomado de http://colombia.indymedia.org/news/2010/11/119123.php

4 comentarios:

Daniel dijo...

Sobre lo ocurrido

Simplemente como sangre de niños


Juan Cendales
Rebelión

En solo dos semanas cuatro niños y niñas han perdido la vida en medio de la guerra que se vive en Colombia.

El 16 de octubre en la zona rural del municipio de Tame en el departamento de Arauca, fronterizo con Venezuela, en una fosa fueron encontrados los cadáveres de tres hermanitos. Jenny, Jimmy y Jefferson de 14, 9 y 6 años de edad respetivamente.

Culminaba así una búsqueda desesperada por parte de su padre y los vecinos desde que dos días antes habían desaparecido. Los cuerpos de los menores presentaban señales de estrangulamiento y habían sido descuartizados. La niña había sido violada.

Desde un comienzo el Comité Permanente Por la Defensa de los Derechos Humanos y el padre de los menores denunciaron al Ejército colombiano como responsable de los hechos. Y efectivamente un sub oficial del ejército, Raúl Muñoz, ha sido detenido y ha confesado el delito. Violó a la niña y luego la asesinó junto a sus hermanos para que no lo delataran. El militar hacia parte de un destacamento militar que patrullaba la región.

No es el primer caso de violación de una menor por parte de los militares. Es una práctica muy común en las zonas agrarias que están en medio del conflicto que azota a Colombia. Militares y paramilitares han sido denunciados en muchas ocasiones. Denuncias que casi nunca han sido atendidas.

Y en el día de ayer domingo otro niño, un menor de cinco años, murió en medio del fuego en un enfrentamiento del Ejército con guerrilleros de las Farc en la región de la Macarena.

Cada día que pase sin que se soluciones el conflicto colombiano serán más días de dolor, de sangre y de terror. Más cadenas de odio. Más niños y niñas atrapados por el escabroso torbellino de la guerra.

"Y p or las calles

La sangre de los niños

Corría simplemente

Como sangre de niños".

Decía Pablo Neruda describiendo los horrores de la toma de Madrid.

Y que hoy suceden en Colombia casi todos los dias.

Y desde hace muchos años.

Daniel dijo...

aclaro que el texto de "como sangre de niños" fue publicado por Rebelion el 9 de noviembre del presente año.

Iraida dijo...

Nadie puede imaginarse lo que es perder tres hijos de golpe y de manera tan estupida.

Estuve oyendo por la W el caso de hace unos meses de la perdida de dos hijos de uno y cuatro años solamente cuando viajaban por la carretera con sus padres, la fuerzas armadas daban la version de un tiroteo cruzado y los padres desmienten.

Saludos

la Tucu dijo...

Daniel, con curiosidad por tu comentario en Cita, entro a tu blog y casi me muero de la impresión al encontrar esta entrada, porque yo estaba en Colombia cuando se supo de la responsabilidad del ejército en la tragedia de Arauca, también de la otra niña que siendo violada pudo dar el dato de la pronunciación deficiente del soldado que fue su violador lo que permitió identificarlo.
Disfruté mucho de tu país, su gente es muy cálida y comunicativa, al menos los que yo conocí; pero mi referencia para la valoración de las condiciones de vida de un pueblo, yo las tomo mucho de como es la vida de sus niños (soy pediatra). Estaba admirando el no haber visto ni en Bogotá ni en Cartagena niños trabajando en las calles,( en contraste con Perú donde es moneda corrient)cuando escuche en las noticias lo de Arauca y después las noticias de los desplazados que después de recuperar sus tierras eran masacrados por los paramilitarees. Realmente es muy compleja la realidad de tu país, y la magnitud del daño al cual están expuestos muchos niños es casi inconmensurable....Saludos desde Argentina