Justificación tardía

Creo en la necesidad de un mundo sustancialmente diferente al actual, aunque confieso que más de una vez  este me ha parecido un imposible. Sin embargo creo también que tal sospecha no exime a nadie de hacer algo por construirlo. He aquí mi voto de salvación.

Me declaro enemigo de las mentiras de ocasión más cuando estas suelen ser justificaciones del ataque al semejante, creo por esto que todo intento revolucionario debe privilegiar el esfuerzo por develar “las palabras detrás de las palabras” del lenguaje del odio.

Afirmo que un cambio en el sistema político y económico, solo será viable cuando exista un clima de opinión favorable a este, por lo cual considero necesario replantear ciertas formas de lucha, que aunque legítimas suelen alejar a la mayoría de ideas de avanzada.

Considero inaceptable que en un mundo libre, la información esté concentrada en oligopolios que más que informar, buscan sostener a quienes hacen del lucro privado una virtud incuestionable. Por esto creo que cualquier lucha contra estos poderes debe construir contra-hegemonías que poco a poco agrieten lo aceptado como verdad irrefutable.

Deploro la prepotencia del poderoso y que se quiera disfrazar de altruista, por eso creo que es necesario denunciar sus acciones en todo rincón.

Nunca estaré de acuerdo con quienes matan a nuestros muertos de nuevo al olvidarlos, por eso intento que su memoria sea reivindicada.

Afirmo que la lucha por este mundo sustancialmente diferente, pasa también por hundir todos los discursos que se disfrazan de bondad para sostenerlo por esto entre otros, me incorporo a las legiones de quijotes que batallan por hundir las religiones donde quiera que se hallan.

No acepto que en un mundo que produce alimentos suficientes para el doble su población, la concentración de riquezas cause entre otros, los 35 mil niños  que se mueren de hambre y por falta de atención médica cada día; de ahí que crea que el mayor enemigo de la supervivencia de los humanos está encarnado en el poderío de las trasnacionales.

Sé que nunca habrá un sistema político ni de gobierno que satisfaga todas las necesidades humanas, sin embargo aplaudo aquellos que hacen el esfuerzo de ponerse a la altura de las mismas.

Considero que la historia aún no ha terminado, por eso no hallo correcto hablar de “anacronismos”  ni “prohibidos”.

Con la intensión de poner mi grano de arena para desenmascarar las palabras del poderoso, denunciar sus acciones, recordar uno que otro crimen,  deconstruir las verdades que sostienen lo injusto, hacer catarsis de más de una rabia, crear alguna conciencia mediante la pedagogía de la indignación y otras razones que ya vendrán; abro este espacio en el cual espero participen también quienes crean en las que considero necesidades impostergables.

“Se admiten proscritos, rabiosos, pueblos sin  hogar” SRD.